Todo coleccionista tiene un momento cero. El mío sucedió entre 1995 y 1996, cuando vi por primera vez en televisión la serie Teknoman (o Tekkaman Blade). Recuerdo verla un domingo a las 8:00 a.m. en Canal 4. Esa serie se convirtió en una serie de emociones. Para entender cómo esa emoción se convirtió en FranksandFriends, hay que viajar un poco más atrás, a las raíces de mi espíritu de coleccionista y comerciante. Mi camino en el mundo geek comenzó con los videojuegos: desde el Atari 2600 familiar, pasando por el clon de Nintendo, hasta mi primer Sega Genesis por allá en 1993. En ese entonces, en la capital de Costa Rica, un juego de cartucho costaba una fortuna. Fue así como, a los 11 años, me encontré inmerso en el mundo de las famosas tiendas de compra y venta en San José.
La Primera Lección de Negocios: Uno llegaba a intercambiar. ¡Pero ojo! Si querías un juego "X", tocaba dejar dos de tus cartuchos para llevarte uno. Como pueden ver, la habilidad de hacer un buen cambio y encontrar valor es algo que traigo desde pequeño.
Para 1994, San José ya tenía sus dos grandes templos gamer: Centro de Video Juegos y Game Master (ambas parte importante de esta historia, aunque ya no existan).Y es precisamente en Game Master, en el antiguo Paseo de los Estudiantes (hoy Barrio Chino), donde en 1996, y gracias a un fuerte ahorro, concreté la primera gran compra de mi vida de coleccionista: El Sol Tekkaman, un modelo de armar Bandai 1/16. Aunque esa pieza original ya no está conmigo (hoy tengo la versión mejorada en la línea Armor Plus), esa figura encapsuló todo: la nostalgia de la serie, el esfuerzo del ahorro y la emoción de poseer algo único. Ese Tekkaman no fue solo un juguete; fue la semilla que plantó la idea de ayudar a otros a conseguir sus propias piezas legendarias. Hoy, mi compromiso en FranksandFriends es seguir alimentando esa pasión y facilitar ese momento de "conquista" a cada miembro de la comunidad.
La fascinación inicial con El Sol Tekkaman pronto se expandió. Sumé a mi posesión otro modelo de armar de la misma línea, Tekkaman Blastor, y un Patlabor. Estas fueron mis primeras piezas conscientes como coleccionista: objetos que había elegido deliberadamente para poseer.
Pero la verdadera transformación de mi pasión ocurrió en el año 2001, gracias a un videojuego y a la persistencia.
El 24 de diciembre de 2001, decidí comprar el juego Super Robot Wars series A para mi Game Boy Advance. Recuerdo perfectamente la situación: el dependiente no quería vendérmelo porque estaba completamente en japonés. Yo lo quería. No importaba el idioma, así que finalmente lo compré y simplemente me encantó. Jugarlo era una odisea de prueba y error; como era de estrategia, tuve que ingeniármelas con los comandos. Esa dificultad, en lugar de frustrarme, despertó una curiosidad enorme: "Solo conocía a Mazinger Z, Great Mazinger, Boss y Grendaizer... ¿quiénes eran todos esos otros robots?"
Esa curiosidad me impulsó a investigar. Me forzó a buscar información, series y lore de los otros personajes que aparecían en el juego. Fue en ese momento cuando descubrí que muchos de los modelos de armar que veía de Bandai salían en ese juego: los famosos Gundam Mobile Suit.
Así fue como mi camino dio un giro:
De ser un fanático de figuras individuales, pasé a ser un coleccionista temático.
Inicié mi primera colección estructurada: modelos de armar de la línea Gundam y otros robots de la franquicia Super Robot Wars.
Una vez que el juego Super Robot Wars A abrió la puerta a este universo de Mechas, mi colección evolucionó rápidamente, buscando la mejor representación de esos íconos que había descubierto.
Me dediqué a conseguir varios Super Robots de la línea de Bandai Soul of Chogokin (SOC). Esta es la línea de metal y alta calidad que cualquier fanático de robots persigue, y se convirtió en mi estándar.
Refresqué las sagas que conocía y exploré con fervor las que me faltaban:
Los Clásicos: La trilogía de Mazinger Z, Great Mazinger y, por supuesto, el inigualable Grendaizer.
Mis Favoritos Personales: Los Getter Robo, que rápidamente se convirtieron en mis predilectos por su concepto y diseño.
Las Piezas Difíciles: Encontré desafíos al adquirir el potente Mazinkaiser y el histórico Iron Man 28 (Tetsujin 28-gō), piezas que me enseñaron el valor de la "cacería" del coleccionista.
Aunque mi corazón estaba en los Super Robots y el metal de los SOC, también me fascinaron otros universos que cumplían con un alto estándar de diseño y complejidad.
Así fue como descubrí los Zoids, un anime con una trayectoria impresionante. Sus estructuras robóticas inspiradas en dinosaurios y animales me encantaron desde el primer momento, añadiendo una capa de diversidad y un nuevo criterio de calidad a mi colección.
Esta etapa de mi vida es la que define el criterio de calidad que hoy rige a FranksandFriends. No solo vendemos figuras; ofrecemos piezas de alto valor coleccionable (como SOC) y aquellas que representan una conexión profunda con la nostalgia (como MOTU, TMNT, THUNDERCATS, TRANSFORMERS Y MECHAS). Mi experiencia personal en la búsqueda de estas piezas difíciles es lo que garantiza que, en FranksandFriends, nuestros clientes encuentren lo mejor del mercado.
Mi pasión se había diversificado, llegando a piezas icónicas como mi primera Master Replica de Star Wars. Disfruté al máximo iniciando esta colección, aunque algunas fotos se perdieron en el tiempo, estas logran rescatar aquellos momentos de inmensa satisfacción.
Esta fue una época de crecimiento como coleccionista, pero me enseñó una verdad ineludible de la vida: no todo lo bueno dura para siempre.
Lamentablemente, en el año 2006, mi vida dio un vuelco. Debido a una serie de malas decisiones y complicaciones financieras, llegué al punto más difícil para cualquier coleccionista: tuve que vender toda mi colección para subsanar mis finanzas.
El verdadero golpe no fue la pérdida de las piezas, sino el error de confiar ciegamente en alguién que alguna vez le llame amigo. Esta experiencia me enseñó una lección que hoy es el pilar de FranksandFriends: No todas las personas que se acercan a nuestra vida van a llegar con las mejores intenciones. Debemos ser cautos y siempre actuar con cabeza fría. Evitar ser envueltos en las artimañas de gente deshonesta es vital, tanto en los negocios como en la vida.
Con tanto que procesar en ese año, mi primera etapa de coleccionismo terminó abruptamente. No volví a coleccionar por falta de dinero y porque mi enfoque se centró en enmendar mis errores.
Este periodo de dificultad y aprendizaje profundo fue la pausa necesaria. Sin embargo, la pasión nunca desapareció, sino que se transformó en un propósito.
En resumen, mi primera etapa de coleccionismo (1996 - 2006) fue la forja de mi pasión y mi criterio.
Comencé con la nostalgia de Tekkaman Blade y la habilidad de intercambio aprendida en las tiendas de videojuegos de San José. Mi curiosidad, nacida de un juego en japonés (Super Robot Wars A), me impulsó a la calidad de los Soul of Chogokin y el universo Mobile Suit. Pero, sobre todo, culminó con una dolorosa lección de vida: la importancia de la cautela y la cabeza fría en los negocios. La pérdida de mi colección me enseñó que la confianza y la honestidad no son solo valores personales, sino los pilares esenciales de cualquier comunidad.
Este quiebre fue necesario. Me permitió resurgir con una meta clara: construir un espacio (FranksandFriends) donde la pasión sea lo primero y la transparencia en cada transacción esté garantizada.
Continúa en mi Segunda Etapa como Coleccionista, el verdadero origen de FranksandFriends...